Aunque los dos términos están relacionados con la comida, no es lo mismo hablar de enfermedades alimenticias que de trastornos alimenticios. Sin embargo, estas dos alteraciones pueden llegar a tener una relación muy cercana por lo que es importante diferenciarlas y, lo más importante, aprender a reconocerlas para pedir ayuda o incluso acudir a un Programa de Trastornos de la Conducta Alimentaria TCA cuando sea necesario.
Enfermedades alimenticias vs. enfermedades nutricionales
Cuando hablamos de enfermedades alimenticias en el sentido estricto de su definición, nos referimos a patologías provocadas por la ingesta de alimentos contaminados por organismos infecciosos como bacterias, virus o parásitos o sus toxinas. En este caso, la relación existente entre la comida y la enfermedad es un agente externo que causa la patología. No obstante, cuando hacemos referencia a enfermedades nutricionales hablamos de afecciones que, si bien están asociadas a la alimentación, pueden tener causas diversas, como el mal funcionamiento del sistema endocrino o algún tipo de trastorno o conducta emocional que derive en una alteración de la salud nutricional.
Diferencia entre enfermedad y trastorno
Para seguir profundizando en este tema, también es importante conocer la diferencia entre enfermedad y trastorno, ya que son dos términos que se asocian muy a menudo a los problemas alimentarios. En términos generales, por enfermedad puede entenderse un conjunto de síntomas o cambios detectables en el cuerpo y que normalmente son derivados de causas biológicas. En contrapartida, el trastorno puede entenderse como una alteración del estado de salud, que puede o no estar relacionado con una dolencia. Por lo general, se utiliza el término trastorno para designar los cambios “desadaptativos” asociados a los procesos mentales. En lo que nos atañe al post de hoy, podemos hablar tanto de enfermedades como de trastornos alimenticios.
Mala alimentación: más de 3 enfermedades alimenticias relacionadas
Teniendo claros los conceptos anteriores, podemos entender que la mala alimentación no es una enfermedad en sí, pero que puede derivar en importantes patologías. De hecho, los problemas derivados de un desorden alimenticio se han convertido en una de las grandes complicaciones de la vida moderna. Y es que una malnutrición derivada tanto por el exceso como por la carencia de nutrientes puede llevar al desarrollo de afecciones como: obesidad, hipertensión, dolencias oculares, patologías del corazón, cáncer de colon, caries, anemia, entre otras. Por tanto, podemos entender que las enfermedades de desorden alimenticio son en sí los conocidos como trastornos alimenticios.
La bulimia y otras enfermedades derivadas de la deficiencia de nutrientes
Por cultura general, quizás el escorbuto sea uno de los ejemplos más conocidos de las enfermedades alimenticias ocasionadas por faltas de vitaminas o nutrientes. En este caso, hablamos de una carencia de vitamina C que provoca un estado de desnutrición que afecta principalmente las encías. Aunque existen muchas patologías que se desarrollan por carencias nutricionales y vitamínicas, nos detenemos en la bulimia nerviosa o bulimia, uno de los trastornos alimenticios estrechamente asociado a la pérdida de nutrientes.
Pese a que el déficit nutricional sea una de las enfermedades derivadas de la bulimia más conocidas, no siempre los que la padecen son personas delgadísimas. De hecho, la mayoría de los enfermos son personas que están constantemente por encima de su peso e intentan compensar la ingesta excesiva de alimentos a través de la inducción del vómito o el uso de medicamentos laxantes. En todo caso, esta práctica suele conllevar a una carencia de nutrientes, que no siempre está asociada a la pérdida de peso.
¿Cuáles son las enfermedades derivadas de la bulimia?
Además de la falta de vitaminas y nutrientes, de la bulimia se derivan otras enfermedades como: complicaciones renales; desajustes menstruales; osteoporosis, descalcificación y deterioro del esmalte dental; deshidratación; problemas cardiovasculares; lesiones en el esófago o en la garganta. Asimismo, a menudo la ansiedad y la depresión aparecen como complicación de la bulimia, puesto que el hecho de deshacerse de la ingesta de alimentos no alcanza el objetivo de verse mejor físicamente lo que, además, puede conllevar a situaciones de fobia social o el desarrollo de dependencia de sustancias (alcohol, drogas, etc.).
Patologías relacionadas con la obesidad
En la actualidad, se estima que la obesidad está vinculada a 1 de cada 13 muertes que se registran en Europa. Esta compleja enfermedad alimenticia derivada del exceso de grasa corporal no es solo un problema estético y puede ser tanto la causa como la consecuencia de distintas patologías, incluidos los trastornos alimenticios. Generalmente, la ganancia excesiva de peso conlleva una cadena de consecuencias que afecta tanto la salud física como mental. Entre las patologías relacionadas con la obesidad podemos mencionar la apnea del sueño, artrosis, enfermedades cardíacas y AVCs (accidentes vasculares cerebrales), aumento de la tensión arterial, problemas digestivos o síntomas graves de la COVID-19. A ello sumamos también algunos trastornos alimenticios y psicológicos como ansiedad, depresión, anorexia, bulimia o hipergafia e incluso algunas obsesiones patológicas, como la ortorexia.
Tipos de desórdenes alimenticios: diferencia entre obesidad, anorexia y bulimia
Catalogadas como trastornos de la conducta alimentaria (TCA), la obesidad, la anorexia y la bulimia son síndromes de comportamiento relacionados con la alteración grave de la conducta alimentaria, con distintos matices. Tratemos de diferenciarlos:
- Obesidad. Es una patología relacionada con la alimentación que se caracteriza por el exceso de tejido graso en el organismo. Puede estar relacionada con factores fisiológicos, hereditarios en combinación con una alimentación inadecuada y falta de actividad física. Asimismo, la obesidad puede derivarse o desencadenarse por trastornos psicológicos.
- Anorexia nerviosa. En esta enfermedad alimenticia, el paciente se enfrenta a una pérdida de peso por una decisión voluntaria de adelgazar. Para conseguirlo, normalmente se acude a dietas muy restrictivas, utilización de fármacos para purgarse o provocar el vómito. La privación continuada de la comida conlleva a la pérdida de apetito (derivada de factores psicológicos y orgánicos), así como la incapacidad orgánica de asimilar la ingesta de alimentos.
- Bulimia nerviosa. Este trastorno se caracteriza por la ingesta incontrolada de grandes cantidades de alimentos en un breve período de tiempo. Para compensar estos «atracones» y evitar la ganancia de peso, generalmente los pacientes se provocan el vómito.
Trastornos de la conducta alimentaria y alteraciones de la personalidad
Diversos estudios han ahondado en la relación entre los trastornos de personalidad y los trastornos de la conducta alimentaria, principalmente en los casos de obesidad, anorexia y bulimia. En este sentido, algunos rasgos de personalidad tienen una gran relevancia en el desarrollo de TCA como pueden ser la tendencia a la impulsividad o el carácter obsesivo, inestabilidad emocional o baja autoestima. Aunque las pautas no son idénticas en todos los casos, son muchos los datos que vinculan los TCA con algunos de estos rasgos de la personalidad.
Lo cierto es que el estado psíquico y anímico puede alterar profundamente los hábitos alimentarios hasta convertirse en trastornos. Por poner un ejemplo, una persona puede desarrollar ansiedad o depresión por padecer obesidad y, también, al contrario. Del mismo modo, pacientes que padecen enfermedades como la bulimia o anorexia pueden presentar comportamientos autodestructivos.
El papel de la psicología en las enfermedades alimenticias y trastornos de la alimentación y personalidad
Una alteración puntual en los hábitos alimenticios no implica necesariamente el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria o de la personalidad. Ahora bien, como hemos podido comprobar, los hábitos alimenticios, la nutrición y los trastornos psicológicos y emocionales están estrechamente vinculados por lo que es importante detectar los comportamientos que pueden agravar estas situaciones.
En resumen, podemos decir que no solo somos lo que comemos. Además de diferenciar enfermedades de trastornos alimenticios, es fundamental conocer cómo nuestras emociones pueden llevar a una falta de control sobre nuestra relación con la comida y viceversa.
Si has notado signos de trastornos alimenticios o de personalidad que afectan a la alimentación o el tipo de vínculo que desarrollas con respecto a los alimentos, no dudes en consultarnos.
Preguntas más frecuentes relacionadas con enfermedades alimenticias y trastornos de la alimentación y personalidad
¿Qué enfermedades alimenticias existen?
Existe una gran variedad de enfermedades relacionadas con la alimentación. Algunas de ellas son: obesidad y sobrepeso, bulimia y anorexia nerviosa, hipertensión, etc.
¿Qué son las enfermedades y trastornos alimenticios?
Las enfermedades alimenticias son patologías derivadas de la ingesta de alimentos contaminados u ocasionadas por alergias a determinados alimentos. Los trastornos alimenticios son afecciones de Salud Mental derivadas de la conducta y relación con la comida.
¿Qué causa las enfermedades alimentarias?
Las enfermedades o intoxicaciones alimentarias son provocadas por la ingesta de alimentos contaminados.
¿Cuáles son las enfermedades de transmisión alimentaria más comunes?
Las enfermedades transmitidas por alimentos más comunes son Salmonella, Listeriosis, Escherichia coli y Toxoplasmosis.