Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones anormales.
Su prevalencia (la suma de los casos nuevos más los ya existentes) es similar en todo el mundo: afecta aproximadamente al 1% de las personas, sea cual sea el país o la zona geográfica.
La esquizofrenia comienza a manifestarse en forma paranoide, más precozmente en varones que en mujeres, con ideas delirantes y creencias falsas, frecuentemente auto referenciales (el paciente piensa que lo que está oyendo se refiere a él, de forma obsesiva).
La esquizofrenia se manifiesta principalmente en dos formas:
- Desorganizada: es la más grave y la que comienza de forma más precoz. El paciente (a menudo niños) sufre reacciones emocionales absurdas y desproporcionadas.
- Paranoide: es la más frecuente. El paciente interpreta lo que le dicen siempre en clave de daño persona.
La esquizofrenia puede distinguirse en función de sus síntomas predominantes principalmente: síntomas positivos (aquellos más llamativos, como alucinaciones visuales y auditivas, ideas delirantes) y síntomas negativos (aquellos que puedan pasar más desapercibidos, como aplanamiento afectivo, alejamiento de la vida familiar y amistades, abulia, etc).
Síntomas positivos:
- Percepciones inusuales de la realidad
- Alucinaciones
- Ideas extrañas
- Alteraciones motoras
- Alteraciones del lenguaje
Síntomas negativos:
- Empobrecimiento emocional
- Pensamiento vacío, rígido y lento
- Abulia
- Apatía
- Anhedonia
El diagnóstico precoz es esencial para un tratamiento adecuado. En la actualidad hay fármacos que mejoran mucho la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes, siendo de administración cómoda (cada 3 meses incluso o 2 veces al año). Hasta el 80% de los pacientes que abandonan la medicación tienen recaídas, por lo que la adherencia al tratamiento es fundamental, especialmente dada la gran efectividad conseguida por los nuevos neurolépticos.
No nos cansamos de repetir la importancia de mantenerse al margen de hábitos de consumo de tóxicos (alcohol, cannabis u otras drogas), especialmente en personas que tienen una predisposición genética a trastornos mentales de cualquier tipo. Hay una conexión probada entre el consumo de tóxicos y la enfermedad mental.
Nuestro Programa de Atención Integral:
- Asegura el mantenimiento de la adherencia al tratamiento. Asimismo, persuadir al paciente de la necesidad de seguir con el tratamiento, a pesar de que los síntomas remitan.
- Ayuda a controlar los síntomas y fomentar la capacidad de resiliencia de la persona.
- Instruye a la persona en técnicas de afrontamiento.